LA IGLESIA DEL SIGLO XXI
Edificando una Iglesia que responda a las necesidades de las nuevas generaciones.
“Cambios que Necesitamos Hacer para este tiempo”

La Respuesta para este Siglo
En las semanas posteriores del COVID-19 se cerraron las iglesias en todo el mundo, y vimos una cantidad sin precedentes de creatividad e innovación por parte de iglesias y líderes ministeriales. Lo que antes se consideraba imposible o sin importancia, incluso diabólico; de la noche a la mañana se volvió posible e indispensable. La vacilación y el escepticismo para aceptar el cambio dejó a muchos rezagados y aislados mucho antes del COVID-19. Es lamentable que haya sido necesaria una pandemia para motivar a la Iglesia a adoptar las tecnologías digitales. El cambio no solo era posible, sino que fue necesario. Ahora, tenemos nuevas alternativas de lo que será la «nueva Iglesia». Los cambios que hagamos o no hagamos nos prepararán para el éxito o el fracaso en los próximos años.Como siempre, el Señor es nuestra Roca en tiempos difíciles; asegurémonos de pedirle diariamente sabiduría, fortaleza y guía mientras seguimos adelante.
En primer lugar, la iglesia Mi Faro Online es diferente. No se trata de un programa transmitido por personas en un edificio, porque la iglesia no es un programa ni un edificio; es una comunidad de fe que comparte una relación con Dios, y toma medidas para mejorar el bienestar de los demás. Estamos dando un gran salto y ahora ofrecemos muchas cosas que no ofrecen la mayoría de las iglesias locales, más allá de satisfacer las necesidades espirituales de los miembros de la iglesia, utilizamos las tecnologías digitales para movilizar a una congregación hacia la comunidad y el servicio en el espacio digital ofreciendo respuestas emocionales y espirituales.
Lo que se hace online no necesariamente se limita al espacio digital, estas herramientas y tecnologías pueden generar un impacto en el mundo real y aprovecharse para satisfacer las necesidades reales de la comunidad. Vamos a seguir siendo la boca, los oídos y las manos de Jesucristo para ayudar a otros en sus necesidades; pero ahora es de una manera diferente a la que estábamos acostumbrados por muchas décadas.
Debemos pensar creativamente sobre cómo la «experiencia en la iglesia» se puede traducir al espacio digital. Para esto acudimos a la creatividad y la innovación, experimentando y probando cosas nuevas para descubrir qué funciona mejor. Ahora estamos en un período de rápido desarrollo, innovación y personalización, es un momento emocionante, y personalmente estoy lleno de expectativas al ver a Jesucristo obrar a través de Su Iglesia durante este tiempo de cambio.
Esto también significa que la idea de una iglesia ya no está restringida por la ubicación física, sino que ahora podemos atraer creyentes de todas partes del mundo a una experiencia virtual tanto espiritual como emocional. Hemos eliminado la barrera de espacio y tiempo para que las personas se conecten con Dios y con otros. Durante el cierre del COVID-19, aquellos que anteriormente estaban en desventaja se encontraron en pie de igualdad con el resto de la comunidad. Además, conociendo las Escrituras este puede ser solo el comienzo de los tiempos finales, donde habrá más pestilencias, oposición a la predicación de la Palabra de Dios y una necesidad de conexión constante. Según los expertos, el verdadero Siglo XXI comenzó después de la pandemia, sin darnos cuenta fuimos empujados a nuevas maneras de conectarnos espiritual y emocionalmente, lo cual será una tendencia para las próximas décadas.

- Utilizando herramientas interactivas. Utilizamos una plataforma de transmisión online con herramientas tales como chats públicos y privados en vivo. Somos criaturas sociales; por eso desarrollamos oportunidades para la participación social Online. Esto puede parecer una distracción a la predicación, pero entienda que en toda audiencia cristiana (especialmente los jóvenes) ya han estado accediendo a las redes mientras el pastor predica. Las herramientas digitales interactivas pueden estar fuera de su zona de confort, pero hoy en día, son una mejora vital para la experiencia de conexión social, emocional y espiritual. También usamos las redes sociales para promover las actividades virtuales.
- Reconsideramos el servicio y la música. Estudios demuestran que una persona inconversa encuentra fatigoso ver a la gente cantando en un edificio a través de una transmisión Online durante un largo tiempo. Una congregación local en su edificio puede cantar una hora sin problemas, pero seguir esto Online no es tan agradable, sin embargo esa persona que está conectada Online necesita ser ministrada, por esta razón Mi Faro Online no tiene como meta transmitir cultos online, sino crear nuevos modelos de adoración que sean atractivos para las nuevas generaciones.
- El uso del tiempo. Cuando esté programando actividades Online, no intente ocupar la misma cantidad de tiempo que un servicio regular de la iglesia, y por otro lado, limite el espacio muerto donde no sucede nada. Mantenga la actividad online fluyendo continuamente, porque es muy fácil perder la conexión de alguien por una distracción cuando nada está sucediendo.
Hable directamente a la audiencia. Acérquese con la cámara y deje que la audiencia vea su rostro y sus expresiones. Una buena regla general es permitir que su audiencia vea el blanco de sus ojos. Hable con su audiencia como si estuviera hablando personalmente con cada creyente. Reconozca a su audiencia, interactúe directamente con ellos y fomente los comentarios, me gusta y compartir. Pídales que abran sus Biblias y sigan las Escrituras, si no tiene una a mano, nuestra plataforma de transmisión ofrece como herramienta la biblia en la misma página. Incluso puede alentarlos a tomar notas o escribir respuestas a sus preguntas en el chat público de la transmisión en vivo. Evite estar en un escenario vacío con la cámara alejada a la distancia. Acercar la cámara hará que su mensaje sea más atractivo y personal.
- Convierta toda actividad online en contenido transformador. Aprovechamos al máximo el tiempo corto que requiere una transmisión online, por lo tanto, lo que hablamos debe ser libre de repeticiones, muletillas, desvíos del tema central; recuerde, todo lo que presentamos es para transformar no para informar. Un obrero digital debe equiparse y convertirse en un buen comunicador.
- Selección cuidadosa del vocabulario. Usted que tiene una trayectoria participando en el servicio a Dios en una iglesia local, probablemente usa un vocabulario tradicional desde el púlpito. Tal como pedir que digan amén, gloria a Dios, incluso regañar a la congregación porque no responden como usted espera. En Mi Faro Online creemos como dice Pablo en II de Corintios 2:4-5 “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios”. Aquí no podemos depender solo de nuestra oratoria, sino que necesitamos el Poder de Dios que no conoce fronteras ni distancias, para poder impactar a los que estén conectados con nosotros.
- Reuniones en el espacio digital. Utilizamos la tecnología de las videoconferencias para mantener en marcha las reuniones de los grupos de conexión. Hoy en día existen varias herramientas como Zoom, que son fáciles de usar. En éste tiempo es normal la conexión en vivo entre dos o más personas, quién no ha hecho una videollamada a un ser querido en otro país, o muchos en sus trabajos toman entrenamientos online. Consulte las pautas proporcionadas en este entrenamiento para obtener ayuda sobre cómo reunir los grupos de conexión, foros y videoconferencias Online.
- Continúe sirviendo a la comunidad. Durante demasiado tiempo, el término iglesia se ha usado para referirse al edificio en alguna calle. La iglesia debe ser un grupo de personas movilizadas para servir, comprometidas activamente en mejorar el bienestar de su comunidad en general, y esto es lo que hacemos a través de la interacción digital.
Desarrolle contenido para ayudar a las personas a avanzar en su jornada espiritual. La Iglesia de Jesucristo está activa 24 horas al día, 7 días a la semana. Por lo tanto, debemos esforzarnos por mostrar a Jesucristo todos los días a través de nuestra influencia digital, no solo un día a la semana. Desarrolle contenido digital que invite a otros a suplir sus necesidades espirituales y emocionales en nuestra iglesia Mi Faro Online.
- Movilice a su grupo o a otros amigos para que se conviertan en un vehículo de alcance para las almas a través del campo digital. Yo creo que cuando el Señor habló de los campos blancos listos para la siega, estaba pensando también el campo digital, y también vio la necesidad de más obreros digitales, que son aquellos que comparten contenido espiritual en sus redes sociales o a través de las plataformas digitales, mensajes y correos electrónicos para crear oportunidades donde sus contactos de interesen en saber más acerca de su fe, se trata del nuevo Evangelismo Digital. El contenido espiritual puede ser cualquier medio (imagen, texto, video, blog, etc.) y debe incluir un mensaje personalizado.
Como obrero digital sus amigos y seguidores pueden ir más allá de simplemente ver su publicación y decidirse a participar cuando lo consideren conveniente. Dado que muchas personas están aisladas en casa con tiempo extra en su agenda, las redes sociales pueden ser su principal fuente de entretenimiento y conexión. Desarrolle una cultura de interés y participación en el contenido dentro de sus redes sociales. Comparta el programa de nuestra iglesia Online como parte de los esfuerzos en su ministerio. En este momento tenemos muchas oportunidades para compartir y llegar a personas de todo el mundo utilizando nuestra plataforma digital. Un obrero digital que comprenda el valor de ejercer el ministerio de esta manera, podría convertirse en un poderoso vehículo de alcance para otros. El éxito ya no se puede medir solo contando personas en un edificio; más bien, debemos considerar si estamos ensanchando el Reino de Dios o no en todo el mundo.
- Desarrolle oportunidades para la oración Online. Incluso los escépticos pueden desear que alguien se preocupe lo suficiente como para orar por ellos personalmente. Nuestra plataforma y las redes sociales son herramientas poderosas para publicar peticiones de oración y darles seguimiento. La oración puede estar a solo un «me gusta», un comentario o un mensaje de respuesta. La comunicación Online reduce la barrera para preguntar, lo que facilita que las personas se pongan en contacto aun cuando no están dispuestas a hacerlo en persona.
Desarrolle una estrategia de atención comunitaria de 360°. En este momento de crisis social y moral, debemos trabajar para extender la experiencia de la iglesia más allá de los límites del tiempo y el espacio de un edificio, a una comunidad involucrada que brinde apoyo todo el tiempo, no solo a los miembros sino a cualquier persona en el otro lado del mundo.
Para que nuestro ministerio digital sea efectivo, debemos cultivar y nutrir a nuestros creyentes, y tratar de alcanzar a nuestros contactos o amigos de las redes sociales, brindando un ministerio de restauración y una amplia red de apoyo.
- Haga discípulos digitales. La creación, participación y distribución de contenido no se limita a Mi Faro Online, usted también puede llegar a las nuevas generaciones y hacerles saber que sus talentos son muy valiosos, incluso si no forman parte del equipo ministerial. Algunas personas solo necesitan permiso y un poco de tutoría para descubrir sus talentos y pasión por el ministerio digital. Todos tienen influencia social a través de mensajes de texto, aplicaciones de mensajería, correo electrónico y redes sociales. Anímelos e inspírelos a usar esa influencia para construir el Reino de Dios.
- Atraiga la creatividad y las nuevas ideas. Es el momento de hacerles sentir a los jóvenes cristianos que nuestra iglesia online valora sus talentos, habilidades y dones espirituales. Los jóvenes, en particular, son nativos digitales y saben mucho sobre cómo aprovechar la tecnología. Están ansiosos por sentirse útiles con sus habilidades y que mejor que lo hagan aportando al Reino de Dios. Durante la pandemia muchas iglesias se salvaron, no por el conocimiento de sus pastores, sino por los jóvenes que conocían la tecnología digital y se apasionaron para transmitir sus cultos o conectar la congregación a través de Zoom.
- Capacite a otros. Tómese el tiempo para mostrarle a otros cómo participar y utilizar las herramientas digitales. Pídale a los creyentes jóvenes más habilidosos que personalmente o usando FaceTime con los miembros mayores, les ayuden sobre el uso de la tecnología para hacer la Obra de Dios virtualmente.
- Proteja su comunidad. Conectarse significa acostumbrarse a lidiar con comentarios negativos. Para los antagonistas que amenazan la salud de su comunidad digital, ocultar/eliminar comentarios, silenciar a las personas e incluso bloquearlas son las mejores opciones. Consulte la sección sobre consejos prácticos para revisar la participación y la respuesta lo cual le ayudará a navegar por las aguas, a veces difíciles, de la participación Online.
Recomendación: Esté preparado para adaptarse y sentirse cómodo con el cambio, que es la nueva normalidad. Adopte nuevas ideas y tecnologías a medida que estén disponibles. Sea creativo y no tenga miedo de probar cosas nuevas.
Si no funcionan, está bien, tendrá muchas más oportunidades de descubrir qué funciona. Como siempre, ore pidiendo sabiduría y guía al Señor mientras implementa todos estos ajustes.
Queremos que nuestra Iglesia sea impactante, que este a la altura que demanda el nuevo orden mundial. Hemos estado hablado sobre cómo las tecnologías digitales son un medio poderoso para ampliar el ministerio tradicional y el evangelismo, lo bueno fue que el COVID-19 impulsó la necesidad de que la tecnología digital se convierta en nuestra prioridad y posiblemente nuestra realidad a largo plazo. No sabemos con certeza qué traerá el futuro, pero creo que las comunicaciones digitales deben convertirse en una parte integral de nuestra estrategia de evangelización y discipulado.
¿Por qué los cristianos no deberían abandonar las redes sociales?
Cumpliendo la Gran Comisión durante tiempos de censura e inseguridad
No es extraño que los gigantes de las redes sociales intencionalmente restringen activamente la expresión de valores cristianos y conservadores, jugando como «árbitro» político alrededor del mundo. Dado que Facebook, también es el dueño de Instagram y WhatsApp, prácticamente no tiene competidores en las redes sociales. Facebook tiene más de 2.100 millones de usuarios. WhatsApp cuenta con más de 3.000 millones de usuarios e Instagram tiene más de 2.000 millones de usuarios. Esta es la parte impresionante del mercado digital, y el uso indebido de los datos y/o el poder que ejercen estas plataformas constituye una amenaza formidable para el mundo cristiano. Si se tienen en cuenta revelaciones similares sobre X y Google (propietario de YouTube), parece que no existe una plataforma «segura».
Sin embargo, la necesidad social, moral, emocional y espiritual del mundo es la razón por la que los cristianos que se toman en serio su papel en la Gran Comisión Digital no deben dudar en permanecer en estas plataformas. Las redes sociales se han convertido en parte del tejido mismo de nuestra sociedad. Podemos conectarnos instantáneamente con amigos y familiares de todo el mundo, compartir nuestras ideas y aceptar lo que significa ser un ser humano.
Los seres humanos, por naturaleza, cuentan historias, desean conectarse y comparten experiencias e ideas. Las plataformas de redes sociales han saturado nuestras vidas porque hablan de estas necesidades humanas básicas.
Esa necesidad nunca desaparecerá mientras estemos en este mundo. Los avances en tecnología a menudo son impulsados continuamente por esta necesidad de comunicarse y conectarse mejor. Piense en la historia de la tecnología de la comunicación: dibujos rupestres, señales de humo, botes, la domesticación de caballos, cartas, la imprenta, el sistema ferroviario, telégrafos, teléfonos, automóviles, radio, aviones, TV, Internet, redes sociales y lo que vendrá después. Con cada uno de estos avances en tecnología ha llegado el avance del Evangelio. Por ejemplo, la imprenta de Gutenberg provocó la producción en masa de la Biblia y la literatura cristiana, permitiendo que el mensaje del Evangelio y las ideas de la Reforma se extendieran por toda Europa.
Creo que el próximo Gran Despertar será digital. Si nos unimos con el propósito de difundir el Evangelio Online, podemos proclamar el Evangelio de Jesucristo en voz alta en todo el mundo. Durante el período apostólico, el evangelio fue difundido por maestros y evangelistas dedicados que a menudo enfrentaban el ridículo, la persecución y, a veces, la muerte. Pablo no estableció iglesias en lugares escondidos y anónimos, sino que se fue a las grandes metrópolis de ese entonces: Roma, Corinto, Éfeso, Filipo, Tesalónica, Pérgamo, Esmirna, y otras ciudades que eran bastiones del imperio romano. Usó las plazas y los puertos principales donde comerciantes de todo tipo iban y venían, de esta manera su mensaje se volvió “viral” en ese tiempo, a tal punto que evangelizó dos terceras partes de Asia menor. Pensemos en lo que hubiera logrado Pablo si hubiera contado con todas las herramientas digitales que existen en este tiempo.
La iglesia primitiva llevo el evangelio donde estaba la gente, sin importar el costo personal. Hoy en día, a menudo nos obstaculizan los temores de lo que la gente pueda pensar de nosotros o de quién podría sentirse ofendido si compartimos Online nuestras creencias para que todos las vean.
En el mundo occidental, no nos enfrentamos a la persecución por nuestras creencias religiosas de la misma manera que lo hacen otros cristianos en algunos lugares del mundo. En el caso de las redes sociales, nuestras publicaciones pueden eliminarse o restringirse en su alcance, en el peor de los casos, expresar nuestras convicciones cristianas podría amenazar nuestro empleo. Estas son algunas de las consecuencias menos graves que enfrentamos como miembros de la sociedad occidental, pero no es suficiente para que dejemos de participar. Puede que no estemos espiritualmente preparados para permanecer en el fuego o ser perseguidos como los jóvenes de Daniel 3, y tampoco Dios nos está pidiendo que lo hagamos.
Sin embargo, nos ha pedido que usemos lo que está en nuestras manos (¿Qué es eso que tienes en tu mano? Éxodo 4:2) para conectarnos con los hijos de Dios y compartir el evangelio con una comunidad hispana alrededor del mundo. Estando presentes en 205 países de todo el mundo, nosotros, como cuerpo de la Iglesia, podríamos trabajar juntos como creadores de contenido, distribuidores y obreros digitales para generar una voz poderosa al compartir el mensaje del Evangelio.
Las redes sociales son la moderna Escuela de Tiranno, un lugar donde los antiguos efesios se reunían para escuchar de nuevas ideas, pasar tiempo, compartir pensamientos y participar en discusiones. Pablo estuvo hablando en la Escuela de Tiranno en Grecia durante dos años después de haber sido expulsado de la sinagoga, básicamente haciendo que el evangelio se volviera viral en su época.
«Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús» (Hechos 19:9-10).
La gente pasa horas al día interactuando con las redes sociales; van allí para olvidar sus problemas y dolores, para compartir con amigos y ver cosas nuevas. Como Pablo, debemos llevar el Evangelio donde están y entablar una discusión allí donde pasan su tiempo. Debemos hacer uso de esta tecnología antes de que sea demasiado tarde. No sabemos con certeza qué nos traerán los Tiempos Finales, pero estoy seguro de que la censura será un factor dominante que conducirá a la persecución.
A medida que se intensifican los esfuerzos por censurar los puntos de vista cristianos Online y en el espacio público, podemos sentirnos tentados a responder a la defensiva de una manera que no represente el carácter de Jesucristo. Sin embargo, Jesús nos llama a ser un testigo práctico, uno que lo exhibe en todos los aspectos de nuestra vida, uno que no es tan fácil de censurar. Jesús buscó primero satisfacer las necesidades de las personas; luego los invitó a seguirlo, de la misma manera podemos utilizar nuestra influencia digital y social para obtener información y enfocarnos en satisfacer las necesidades emocionales y espirituales de quienes nos rodean. Una vez que se construyen las relaciones y la confianza, podemos invitarlos a «gustar y ver que el Señor es bueno» (Salmos 34:8). El evangelismo digital puede promover nuestro ministerio de esperanza y plenitud, incluso cuando se silencian las palabras de verdad.
Independientemente de lo que surja en el futuro, debemos seguir adelante y hablar las verdades bíblicas con esta poderosa tecnología. Quédese en las redes, pero quédese con un propósito, no para entretenerse sino para compartir su fe Online todo el tiempo que pueda. Nuestra integridad, el cuidado genuino por los demás, el honor y la fe en Jesucristo nunca podrán ser quitados de nosotros. Nuestras oraciones no pueden evitar que lleguen a Dios. El carácter de Jesucristo nunca puede ignorarse. Al adoptar la actitud de un siervo primero y de un apologista (alguien que defiende la verdad) en segundo lugar, hará que la luz brille a través de nosotros para atraer a otros al Dios que representamos.
¿Dónde está Dios ahora?
Dios se mueve en tiempos de crisis
El fin de semana en que el mundo se despertó con la pandemia de COVID-19 vio una ola de cierres y cambios radicales en nuestra vida diaria nunca antes vista en la historia de estas generaciones. El mismo fin de semana trajo una cantidad asombrosa de retórica anticristiana Online. Las redes estaban llenas de comentarios de odio, burlándose agresivamente de nosotros y de nuestra fe colectiva y, en algunos casos, incluso culpando a los cristianos y a nuestro pensamiento «tonto» según su lógica. No es nada sorprendente ya que este comportamiento estaba anunciado en la Biblia, el problema es que la mayoría de nosotros siempre pensamos que eso era para un futuro lejano. “Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación» (II de Pedro 3:3-4).
Una frase repetida en esos momentos fue «¿Y ahora Dónde está su Dios?» Repetidamente, se vio el mismo comentario, a veces acompañado de imágenes groseras burlándose de nuestro Salvador. La hostilidad de estos antagonistas fue muy preocupante para muchos.
Pero la pregunta sigue siendo: «¿Dónde está mi Dios ahora?» En los días que siguieron, comenzamos a ver una inmensa cantidad de creatividad e innovación emergiendo de la Iglesia a medida que los pastores y líderes ministeriales comenzaron a adaptarse, gracias al conocimiento de los más jóvenes en los aspectos tecnológicos del Internet.
Pudimos ver que la respuesta a la pregunta de los burladores es que mi Dios estaba en movimiento, mientras que nosotros estábamos atrapados en casa.
Al huir de la persecución, la Iglesia primitiva llevó el evangelio a nuevas regiones por necesidad. Dos mil años después, nos encontramos en una situación similar, por necesidad, ahora debemos llevar el mensaje del evangelio al campo misionero digital y difundir nuestro mensaje de esperanza y plenitud cuando más se necesita.
«Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados» (Romanos 8:28).
En Daniel 3, Dios no liberó a los tres jóvenes hebreos del fuego; los entregó al fuego para que actuaran como testigos ante el rey Nabucodonosor y su reino. Mientras estaban en el fuego, los tres jóvenes caminaron con Jesucristo. Su experiencia sirvió para un propósito mayor y nos da testimonio incluso hoy. Dios no creó el fuego, la persecución o la pestilencia, pero puede guiar a Su Iglesia en esta crisis de los últimos tiempos para cumplir Su llamado a salvar personas y familias. “Para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres”.
Cuando parece que el mundo se está desmoronando y la gente está paralizada por el miedo, ¿dónde está Dios? Dios está en movimiento con su iglesia y en el corazón de cada verdadero discípulo dando un paso de fe para cumplir nuestra misión por cualquier medio necesario. Él nos necesita para cumplir Su obra, y nos invita a trabajar bajo la autoridad de su Espíritu Santo. Para muchos Mi Faro Online es y será una respuesta sorprendente y esperada durante mucho tiempo.
Es lamentable que haya sido necesaria una pandemia para motivar a la Iglesia a adoptar las tecnologías digitales a gran escala.
Para las personas que saben que se acerca el final, hemos demorado demasiado en activarnos. El COVID-19 fue un sacudón a nuestra complacencia y una llamada de atención para subirse al tren digital. Hemos tenido acceso a estas herramientas durante más de una década y creo que el Espíritu Santo nos ha estado suplicando que las usemos. Se que al tratar de redefinir la iglesia Mi Faro Online en la era digital para satisfacer las necesidades emocionales y espirituales de las generaciones más jóvenes, nuestras ideas serán calificadas como demasiado extremas y carnales.
No podemos detenernos por ese temor, el panorama cambió; ahora, nos vemos obligados a redefinir el ministerio sin que el edificio sea el que define a la iglesia, o lo que muchos han creído durante décadas; es tiempo de romper los paradigmas viejos y atraer a las nuevas generaciones a Jesucristo.
Quizás este sea el punto, la religión tradicional por siglos le hizo creer a la humanidad que la iglesia era ese edificio al que había que ir unas pocas horas a la semana y eso se traspasó a la Iglesia de Jesucristo, en lugar de ver la iglesia como personas en acción, esforzándose por mejorar el bienestar de los demás y difundiendo las Buenas Nuevas. De hecho la iglesia del primer siglo no tuvo los templos como los de hoy en día, sino que usaron las casas y las plazas para reunirse. Y logro impactar mediante el poder del contraste entre lo que era la sociedad cruel, discriminante y racista de ese tiempo, con una comunidad que compartía todo, donde los más vulnerables eran cuidados y los siervos y los amos recibían el mismo trato.
Ha llegado el momento de centrarse en el futuro y en lo que puede llegar a ser la Iglesia. Hasta ahora, quienes abogamos por las tecnologías digitales nos hemos enfrentado a sistemas y tradiciones que han sido difíciles de cambiar. Sin embargo, estas estructuras y mentalidades se están volviendo obsoletas rápidamente en esta nueva realidad. La generación actual ya no tiene la opción de abrazar el cambio o dejarlo para la próxima generación, el tiempo es ahora; de lo contrario, seremos irrelevantes. El cambio nunca es fácil, pero todo es posible con el Señor. “Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; mas para Dios todo es posible” Mateo 19:26.
Este impacto en nuestra sociedad no es nada para temer, Dios está siempre con nosotros y debemos continuar abrazando esta nueva realidad para continuar el trabajo. No se equivoquen, nunca volveremos atrás: el COVID-19 cambió radicalmente el funcionamiento de las empresas, las organizaciones y la sociedad. Todos, a lo largo de las generaciones, se verán obligados a utilizar herramientas digitales para la productividad y la vida diaria.
La época Post-Covid-19 está llena de grandes necesidades espirituales, emocionales, financieras, sociales como consecuencia de la pandemia. Solo Dios sabe con certeza cómo cambiará el mundo en el futuro, pero la Biblia nos dice que esto es solo el comienzo de los dolores de parto. Habrá más pestilencia y tribulación por venir. Es posible que nunca seamos capaces de dejar atrás completamente el distanciamiento físico, pero habrá una sociedad en búsqueda de la verdad y la seguridad la cual solo encontrarán en nuestros mensajes de esperanza y propósito.
La gente seguirá recurriendo al Internet en busca de compañía, comprensión, información, confidencialidad y mucho más. Debemos ser la voz que responde Online, en estos tiempos de crisis.
El COVID-19 no fue el final, pero fue una advertencia a la Iglesia para que despierte y se prepare. Jesús viene y no hemos terminado la obra, ahora en Mi Faro Online tenemos la oportunidad de movilizarnos e “ir hasta lo último de la tierra” con el Evangelio del Señor Jesucristo. Es hora de que una generación de evangelistas y discípulos digitales lleve el evangelio al campo misionero digital, que bien pueden ser los campos que ya están blancos para la siega, los cuales el Señor nos invita para que alcemos los ojos, los veamos y no pongamos en acción (Juan 4:35). Esta es la Gran Comisión Digital.